Desde varios gobiernos anteriores se trató de establecer bloqueos de celulares en el sistema carcelario entre otras acciones, pero por razones que aún son un misterio, la flexibilización del cumplimiento de normas y la típica indisciplina latinoamericana hace que este proceso se encuentre sin decisión de cambio o mejora.

Por otro lado el relajamiento de las leyes, la inacción de quienes deben combatir y tomar la decisión para controlar la ola delincuencial genera la aparición de bandas que se dedican a la extorsión entre otros delitos conexos.

En ambos casos las llamadas de extorsión juegan un papel relevante porque son sencillas de realizar y a muy bajo costo, pero generan gran impacto en las personas y muchas de ellas ceden ante el temor de las consecuencias, y aunque el organismo responsable ayuda con las denuncias, lo cierto es que sobrepasa su capacidad y muchas veces su accionar queda limitado por razones fuera de su responsabilidad.

En base a lo anterior corresponde hacer ciertas acciones para ayudarse, por ejemplo ante una llamada de este tipo cambie de inmediato su número y solo compártalo con la familia más directa y que no le ofrezca riesgo, establecer un código secreto entre quienes comparta el número telefónico, compartan su ubicación para estar siempre conectados y mitigar el engaño. Cuando tengan alguna llamada extraña que involucre a un familiar, deben comprobarlo utilizando la clave predeterminada y secreta.

En forma adicional siempre deben mantener la alerta, evitar rutinas, no descuidar su 360 grados de visualización, no comentar sus logros, movimientos o transacciones, reforzar la seguridad física, mantenga en lo posible el aplicativo de grabación de llamadas, eso ayudará a las autoridades, porque siempre será necesario realizar la denuncia y esperar las acciones correctas, recuerde que está en sus manos ayudar a mitigar los riesgos.

 

Luis Molina

Director Ejecutivo

M&M Security Audit

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