Como es de conocimiento, el cumplimiento de la ley es un mecanismo de integridad muy importante que disuade los intentos para socavar el sistema, y que identifica y castiga a quien infringe la ley. En consecuencia, las leyes tienen la finalidad esencial de promover el bien común; es decir, el bienestar de las personas de una comunidad, así como de hacer posible la justicia, seguridad, libertad y otros valores de gran importancia en la vida social.
Entonces, una ley es una regla o norma jurídica de carácter obligatorio dictada por la autoridad competente de un territorio. Tiene como fin permitir o prohibir alguna acción de los individuos con el objetivo de regular las conductas humanas y lograr una convivencia armoniosa dentro de una sociedad. Si todo ello es cierto, ¿por qué estamos tratando todo el tiempo de violar la ley?, de burlarla?, ¿de buscar sus vacíos?, ¿de buscar interpretaciones para ganar ventajas?, ¿por qué las autoridades también violan la ley?, y muchos otros cuestionamientos hasta llegar al punto de preguntarnos sobre los riesgos que generamos al violar constantemente la ley.
Uno de los grandes riesgos será que se normalice la violación de la ley, y si a ello sumamos que las sanciones son casi nulas, en muchos casos nulas y en otros se cuestiona si realmente se violó la ley, estaremos en el escenario del punto de no retorno; sin embargo, quienes tienden (en su mayoría, sin ser exclusiva) a violar la ley, se encuentran en el aparato estatal. En contraposición, las empresas privadas tienen una estructura más fortalecida por los valores, códigos de ética, gobierno corporativo, compliance, buenas prácticas, etc., que hacen que tanto las normas internas de las empresas y el cumplimiento de la ley sean estrictamente aplicadas en toda su extensión.
Quizá nos lleve a reflexionar que el origen de este riesgo, sea la eliminación del curso de Educación Cívica en la primera etapa escolar, la cual es crucial para la formación moral de los futuros profesionales, y que los llevará a ofrecer respeto a sus símbolos patrios y un profundo entendimiento del cumplimiento de las leyes.
Luis Molina
Director Ejecutivo
M&M Security Audit – Consulting Group
www.mymsecurityaudit.com
