Primero, debemos conocer que los riesgos públicos son situaciones que están asociadas a condiciones violentas que se pueden vivir en los espacios públicos, poniendo en riesgo las instalaciones o bienes de las empresas y la integridad física de las personas.
En consecuencia, tenemos diversas actividades que se pueden desarrollar en espacios públicos abiertos o cerrados, por ejemplo en el interior de instituciones públicas que alquilan sus espacios a organizaciones de eventos. En el interior del evento pueden generarse alteraciones de orden público como peleas, intimidaciones, vandalismo, racismo e intolerancia, robos a los asistentes al evento o del material utilizado para su realización, incluso provocación de incendio o explosión. Pero no olvidemos el exterior del evento, también se generan riesgos como secuestro express, robo o atracó, atentados, accidentes de tránsito, peleas, etc.
Por tanto, los fenómenos socio-organizativos son aquellos que pueden provocarse por las grandes concentraciones de personas en espectáculos artísticos, culturales, deportivos, religiosos o políticos. Sin embargo, dejando ello de lado, las autoridades que están detrás de las autorizaciones del evento, ¿pueden generar riesgos? Por supuesto que sí.
Imaginen que de un momento a otro suspendan la realización de un evento que ha sido publicitado y las entradas vendidas en su totalidad o las invitaciones enviadas con anticipación. A ello se suma la inversión de los organizadores, los servicios comprometidos, asistencia de organizadores que vienen del extranjero, merchandising, entregado, artistas invitados, proveedores, etc, el resultado sería la generación de un caos. Las causas podrían ser varias, como la medición de los decibeles de ruido medido por la autoridad sin certificado de calibración del equipo utilizado, o lo que consideren, pero hacerlo a última hora es generar muchos riesgos cuando con tiempo pudieron advertirlo para las subsanaciones que correspondan.
En este punto, una planificación del evento con una visión de riesgos sería una acción preventiva y notariada para evitar sorpresas.
Luis Molina
Director Ejecutivo
M&M Security Audit – Consulting Group
www.mymsecurityaudit.com
