Comentar de inseguridad interna sugiere dos frentes: la inseguridad interna del país y la inseguridad interna de las empresas, por supuesto lo segundo será consecuencia de lo primero. La inseguridad interna de un país tendrá dicha condición si politizan los procesos, es decir si su flexibilidad genera beneficios para abrir paso a la corrupción, o si les produce menos ruido social, o si ello facilita la obtención de votos, o si debilita los organismos que deben resolver los ilícitos, o si se obstruye cualquier iniciativa para cambiar y elevar las penas y hacerlas más restrictivas, o permitir la generación de brechas para ser utilizadas para burlar la ley, o si bloquea cualquier acción que permita que en el sistema carcelario se manejen los actos delictivos, o no impulsar los controles de las entidades que deben evitar que las sustancias fiscalizables lleguen hasta los laboratorios clandestinos para la fabricación de droga, o que las leyes se apliquen para quienes se defienden con sus armas legales y beneficien a la delincuencia que roba sus vidas, y así podríamos seguir desglosando todo lo que genera un país permisivo, aunque el discurso siempre será “seguir luchando incansablemente por este flagelo de la sociedad 24/7”.
Todo lo anterior y más, va a repercutir necesariamente en la inseguridad de las empresas y la generación de múltiples riesgos, por ello, será crucial que los responsables de seguridad no pierdan de vista el panorama que un estado genera, de ello dependerá cuáles serán los planes presentes y proyectados, claro esta, evaluados constantemente para anticiparse y gestionar adecuadamente los riesgos para mitigar sus consecuencia y daños colaterales, no solo en la generación de riesgos internos, sino en cómo podemos evitar que los daños colaterales afecten a los clientes y la cadena logística. Los riesgos se mutan y son constantemente cambiantes, hacer seguimiento, estar actualizado en los avances de los sistemas electrónicos, contar con empresas especializadas en brindar soluciones no solo de equipos sino integradoras que los expertos en seguridad diseñen, será fundamental. Evitemos el daño reputacional.
Luis Molina
Director Ejecutivo
M&M Security Audit
www.mymsecurityaudit.com