Por conocimiento de muchos años y evidencia a todas luces sabemos que somos un país informal, y no mencionó con alto porcentaje de informalidad, sino que somos un país informal porque a los largo de las décadas seguimos siendo informales y como la timidez es algo real, nunca tomamos la decisión de acabarla de raíz, siempre con pasos muy cortos, porque la informalidad trae muchos beneficios para quienes toman ventajas de ella, sea económica, política y socialmente, y trae consigo, claro esta, muchos riesgos.
Pero ello no es justificación llevar toda esta informalidad y sus riesgos a las empresas como una práctica común, porque abriríamos la puerta a la corrupción. Un ejemplo sencillo: si una empresa siempre trabaja con los mismos proveedores bajo un marco informal, es decir, sin convocatoria (a dedo o conocido), sin comparar precios, sin permitir ingreso de otros proveedores, etc, y lo peor sin un procedimiento formal de contrato, orden de servicio, acta de conformidad, negociación de precio, descripción detallada del trabajo o servicio o calidad del producto, sin exigirle cumplimiento de las normas de SST para trabajos de riesgo y un larga lista de exigencias legales, vamos a ser parte de la informalidad, vamos a ser generadores de riesgos y vamos a facilitar los delitos y los actos de corrupción.
Generar procesos de formalidad implica un largo camino de mucha paciencia y disciplina para luchar contra quienes manifiestan una férrea resistencia a los cambios, los cuales mostrarán todas sus armas, desde el boicot de los procesos, hasta asociarse para mantener el status quo, atacar a las personas agentes de cambio, tratar de convencer que lo anterior era mejor y más rápido y encontrar grietas y muchas formas disfrazadas bajo la excusa de la emergencia, urgencia o proveedores de artículos únicos. Y cual sería lo negativo de este proceder: mantener la informalidad y los beneficios que trae consigo así como los riesgos en perjuicio de la empresa.
Es un tema cultural, pero la cultura se cambia, se mejora, se enriquece y se establecen las mejores prácticas para mitigar los riesgos de la informalidad.
Luis Molina
Director Ejecutivo
M&M Security Audit
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