Por concepto básico el riesgo es la posibilidad de que se produzca una contingencia baja, media o alta, o de que alguien o algo sufra perjuicio. En general el Riesgo es una medida de la magnitud de los daños frente a una situación peligrosa y se mide asumiendo una determinada vulnerabilidad frente a cada tipo de peligro; es decir, el riesgo es una situación potencial de peligro ligada directa o indirectamente a una materialización de un daño y será más grave aún si este es un daño reputacional.
Muchos profesionales requieren el riesgo cero, pero no se detienen a entender los riesgos, por tanto los identifican, los evalúan, pero no los gestionan. Bajo esta premisa se juega con los criterios de tolerancia para minimizar o esconder o no comunicar los riesgos y así mostrar una gestión ficticia con una apariencia que todo está bien.
En términos reales no existe el cero riesgos, cero accidentes, cero quejas, cero pérdidas o cero error humano, y si seguimos con estas campañas solo contribuimos a que nuestros equipos trabajen ocultando o justificando los resultados reales, en consecuencia debemos recomendar que las organizaciones no establezcan campañas de CERO algo.
Los riesgos se gestionan para mitigar el impacto, para reducir al mínimo sus consecuencia o generar consecuencias controladas, para tomar acciones que reduzcan su presencia, para anticiparnos, es decir que las consecuencias sean lo más cercano a cero. Ello nos lleva a contar con una política de prevención, es lo más difícil pero es lo profesionalmente más adecuado. Si este proceso va acompañado de indicadores, ello nos ayudará a visualizar y anticipar las acciones por las consecuencias que debemos evitar.
Luis Molina
CEO
M&M Security Audit
www.mymsecurityaudit.com