En casi todas las ciudades las personas optan por utilizar las calles públicas como estacionamiento privado, e incluso algunos los señalizan o utilizan dispositivos como conos de seguridad para demarcar el espacio como suyo. Obviamente es una clara violación a la ley, sin embargo, las municipalidades no actúan quizá para no perder el voto del vecino, o no tienen la suficiente autoridad para hacer respetar la ley.
Cual fuere la razón, genera dos tipos de riesgos, incluso facilita el delito. Uno de los riesgos es que permite que los autos obstruyan los hidrantes, los cuales son esenciales para combatir un incendio y complica la actuación del personal de bomberos para el proceso de intervención y rescate, sobre todo la presencia de ambulancia que obstaculiza la evacuación de heridos, y todo ello debido a la obstrucción del espacio que se reduce al menos 50%.
También se encuentran estacionados en calidad de abandono vehículos que muchas veces generan presencia de roedores ( riesgo sanitario) y cuya condición puede ser que los vehículos dejaron de funcionar por motivos mecánicos y su destino debería ser los almacenes de chatarra, o no tienen el presupuesto para su reparación, o tienen algún problema legal que no les permite seguir circulando. En este caso utilizan las calles como depósitos.
Pero el riesgo de delito al que se hace referencia, es que al existir una calle llena de autos, facilita que personal delictivo esté realizando reglaje a los vecinos, o que están esperando la oportunidad para robar o sustraer o secuestrar u otros fines. Y ante ello las autoridades que han normalizado tal situación no ejercen ninguna intervención por sospecha, porque todo ese panorama les parece parte del paisaje y por tanto, no hay motivo para inspeccionar, y en ese proceso, exponen a los vecinos y quien circule a un potencial riesgo.
Luis Molina
Director Ejecutivo
M&M Security Audit – Consulting Group
www.mymsecurityaudit.com